Embajador de Italia en Caracas asegura que el sistema electoral venezolano es confiable

El embajador de Italia en Venezuela, Paolo Serpi, considera que el sistema electoral venezolano -con el cual las venezolanas y los venezolanos elegirán al Presidente de la República el próximo 7 de octubre- es confiable. En entrevista con el Correo del Orinoco, realizada en junio pasado, el diplomático también reconoció que, hasta ese momento, el debate comicial marchaba en paz.

-¿Hay condiciones para unas elecciones transparentes?

-Yo creo que sí. Por lo que hemos visto, también en las primarias de la oposición, la oposición claramente dijo que las elecciones fueron claras, que la maquinaria electoral ha trabajado bien. Tenemos toda la confianza en este proceso electoral venezolano, y las últimas experiencias lo han probado. También, en la presencia internacional. La presencia internacional siempre es buena.

-Vienen unas 200 personas, según informó el Consejo Nacional Electoral.

-Es decisión soberana del país. Creo que las pruebas del sistema electoral venezolano han sido buenas, y tenemos que tener confianza en este sistema.

El diplomático señaló que el proceso electoral venezolano avanzaba con buen pie. “Lo importante es que continúe en paz y en tranquilidad”, enfatizó.

Insistió en que en el mundo se necesita “tesis y antítesis”; es decir, “se necesitan adversarios”.

Serpi llevó sus reflexiones “al proceso histórico de Europa, que se masacró por siglos”, y que actualmente se encuentra en una situación que calificó como “melaza política” producto del acercamiento de teorías opuestas. “Pero hay una parte buena de esto: la izquierda que se va a la derecha, y la derecha que se va a la izquierda, y se encuentran”. Eso, a su juicio, es bueno “porque no se deben radicalizar las cosas”.

Recordó que en Italia los partidos de centroizquierda y de centroderecha “están apoyando este gobierno transitorio, el gobierno de Mario Monti, que lo está haciendo bien, está haciendo un esfuerzo” y que durará hasta el año próximo. “Allá vamos, nuevamente, a empezar el proceso de tesis y antítesis, que es fundamental en la política”, estimó.

Italia: La transición

Sobre el proceso interno italiano, refirió que su país experimenta crisis cíclicas, “normalmente cada 20 años”. Rememoró que hace dos décadas hubo una crisis muy fuerte, con un gobierno de transición que preparó las elecciones “y dio la posibilidad de cambiar algunas cosas, de poner orden en las finanzas y poner orden en la política”.

Ese colapso “fue el resultado de la caída del Muro de Berlín (1989), que pasó a Italia tres años después” y que sacudió a una nación que tenía un partido comunista muy fuerte. Allí se instaló “un gobierno transitorio que dio tiempo para un cambio, para sistematizar las cosas”; ahora “está pasando la misma cosa”.

Para el embajador, es una característica de su país caer y levantarse de nuevo.

-¿Usted cree que Italia va a salir bien parada de la crisis?

-Sí. Es una cuestión de tiempo. Es una crisis difícil, y como te decía, en el fondo de esto hay una redistribución global de la riqueza que tenemos que aceptar, que tenemos que secundar y debemos que hacer los cambios necesarios. Es un proceso difícil, pero es un proceso necesario. Italia, Europa, están por muchas razones cerca de Venezuela y de América. Este camino lo tenemos que hacer juntos. Ahora América Latina está creciendo muy bien, está encontrando una nueva manera de hablarse, de engrandecerse como región, que es importante.

A pesar de las críticas por las medidas asumidas en Europa (“apretarse el cinturón”), Serpi reivindica el hecho de haber logrado una moneda única. “Es algo que tenemos que defender”, resaltó.

El embajador enfatizó que lo que suceda en Europa también debe interesar a Europa y América Latina, porque si la recesión del Viejo Continente queda fuera de control, impactará en China, India “y en todo el mundo, porque el mundo es interdependiente”. Por ello “tenemos que hacer un esfuerzo común”, manifestó.

-Cuando habla de un esfuerzo común, ¿a qué se refiere? ¿Qué piensa que debería hacer América para ayudar a Europa?

-No cerrándose; dialogando, intentando la comprensión recíproca, continuando el comercio, la cooperación y el intercambio. Como lo estamos haciendo. Sin cerrarse, con todo respeto. No me refiero a tratamientos especiales o a cosas particulares, sino a atención, comprensión; continuación del diálogo económico y político, sin interrumpirlo y sin tener miedo. Si nosotros los europeos tenemos miedo de la situación económica y política, es el fin. Tenemos que continuar luchando, tenemos que ayudarnos.

En una comunidad como la Unión Europea (UE), admitió, “hay países evidentemente más débiles, y otros más fuertes, pero el interés del fuerte inteligente es ayudar al débil cuando está en dificultad, porque si no, se desploma todo, se desploma este castillo que hemos construido, y que costó mucho sacrificio, mucha pelea”.

Recuperar el control de las finanzas

-¿Ve en riesgo la Unión Europea? Lo decimos por algunas voces que han surgido, las especulaciones que hubo sobre la salida de Grecia…

-No tenemos que traumatizar demasiado las cosas. Son los financieros los que quieren traumatizar, porque quieren ganar. Este es el aspecto negativo de la economía mundial actual, que tenemos que enfrentar y ganar la izquierda, la derecha, el centro, todos. Hay un monstruo, que es este sector financiero, sobre el que se ha perdido el control. Los Estados, de cualquier orientación política, tenemos que lograr vencer esta total desconexión del mundo de las finanzas. Tenemos que luchar contra eso. La economía tiene que basarse en la realidad. Las finanzas están en la estratosfera, pero una estratosfera mala.

-¿Los Estados europeos tiene que recuperar el control de sus finanzas?

-El de las finanzas no es un problema europeo; es un problema global, mundial. Es una dimensión que hemos creado; que al principio no era una dimensión negativa, porque servía a la economía, pero ahora sirve a pocos. Los Estados tienen que recuperar la dimensión financiera.

Le gustaría ver que Chávez y Capriles se den la mano

“Un embajador de Italia aquí, que haga política, sería muy tonto. Evidentemente tengo mis ideas, pero en el momento en que uno se mueve de un lado o del otro pierde una parte de su comunidad. Y ese no es mi trabajo. Mi trabajo es ser un analista, intentar conocer el país con respeto y con afecto”, aseveró Paolo Serpi, al ser interrogado acerca de la situación política nacional.

“Un italiano que viene aquí está involucrado en la vida del país, y lo ve con afecto. Los italianos son parte de este país. ¿Cómo no verlo con afecto”, se preguntó.

Hecha la aclaratoria, Serpi aventuró algunas reflexiones sobre las elecciones del 7 de octubre.

“El presidente Chávez, que conocemos bien, en mi opinión ha hecho un trabajo importante: dar visibilidad, reconocimiento y dignidad a una parte del país que no la tenía, que era la parte mayoritaria del país que lo ha votado y lo ha elegido”, describió.

Sobre el abanderado opositor, Henrique Capriles, comentó: “Tuve oportunidad de conocerlo, y puedo decir que es una persona que valora el trabajo que ha hecho el Presidente en sectores como educación, y quiere hacer un esfuerzo”.

Visto así, continúa, “son dos compatriotas que tienen una sensibilidad parecida, para desarrollar esta parte del país que fue por largo tiempo olvidada, lo que fue un grave error del pasado”.

De la inscripción del presidente Chávez ante el Consejo Nacional Electoral, Serpi reivindicó su compromiso de aceptar los resultados de los comicios, sean cuales sean. “Eso tiene que venir de los dos lados”, precisó.

“Me gustaría ver que se den la mano” Chávez y Capriles, aunque sean adversarios políticos. “Darse la mano es un reconocerse recíproco”, sentenció.

Las relaciones entre Italia y Venezuela «son muy buenas»

“Las relaciones entre Venezuela e Italia son muy buenas”, aseguró el representante diplomático italiano en Caracas, Paolo Serpi. Si dijera lo contrario “sería un pésimo embajador”, bromea.

“Creo que las relaciones son muy buenas, creo que son relaciones buenas en cuanto al diálogo político”, acotó. “Pero las relaciones entre Venezuela e Italia son relaciones entre pueblos; relaciones más profundas, históricas”.

El de infraestructura es uno de los ámbitos de mayor intercambio ítalovenezolano en la actualidad, señaló el embajador. “Tenemos varias empresas que trabajan en el sector infraestructura, sobre todo con el ferrocarril y la Gran Misión Vivienda Venezuela”, explicó. También, en el área energética. “La presencia de ENI es muy importante en la Faja del Orinoco”, destacó.

Igualmente hay otras áreas de cooperación, como la Fundación de Trasplante de Médula Ósea (sostenida por Pdvsa y ENI), así como el esfuerzo de médicas y médicos italianos que han participado en jornadas quirúrgicas voluntarias -en el estado Barinas- para intervenir a pequeñas y pequeños con labio leporino y paladar hendido.

Serpi no deja fuera, en su enumeración, a empresas como Fiat y Pirelli. “Hay todo tipo de cooperación con las grandes empresas italianas representadas aquí”, celebró.

El embajador calcula que el intercambio comercial binacional, en 2011, llegó a 1 millardo de euros. “Es una suma importante, y puede ser todavía mayor”, subrayó.

-¿En cuáles áreas piensa que se podría mejorar la cooperación?

-Las áreas naturales son la energética y la de infraestructura, porque ya existe una tradición muy fuerte. Pero yo veo una posibilidad de desarrollo concreto en el sector turístico, en el medio ambiente. Yo quisiera una cooperación estable en este sector, porque el turista italiano es amante de la naturaleza.

Hay, también, un potencial en el ámbito industrial, especialmente en el plástico y el químico, “en los que Italia es muy fuerte”. Igualmente, en transporte, con camiones para diferentes servicios.

Serpi pone el ejemplo de la compañía Pirelli, que el año pasado empezó a fabricar cauchos para motos “y está cubriendo gran parte del consumo nacional de neumáticos de motos; esto se puede desarrollar todavía más”.

En todas las épocas

Paolo Serpi recalcó que italianas e italianos “han venido aquí en todas las épocas, y han acompañado la historia de Venezuela, como Venezuela acompañó a Italia”.

Recordó que el último núcleo de emigración italiana se registró luego de la Segunda Guerra Mundial, a fines de los años 40 y comienzos de los años 50. “Aquí vinieron muchísimos italianos y participaron en este renacimiento de Venezuela, en esta época entre los años 50 y 60, con la construcción de grandes carreteras y edificios”.

Aun cuando aclara que no tiene cifras consolidadas, el diplomático calcula que 5% o 6% de la población venezolana actual tiene origen italiano.

“En el Gobierno hay dos ministros de origen italiano”, y también hay diputadas y diputados en la Asamblea Nacional -tanto del sector bolivariano como del opositor- cuyas raíces se encuentran en esta nación del Viejo Continente.

“Es una presencia profunda en el país, y no invasiva. Los primeros italianos que vinieron aquí no tenían patria; buscaban patria y se la hicieron”, reflexionó. “Y los últimos también, a su manera, buscaban patria, porque venían de un país que había perdido la guerra, humillado desde todo punto de vista; un país que salía de un gran error histórico que fue el fascismo”.

Viajeros en busca de mar y selva

El sector turístico es uno de los que, a juicio del embajador Paolo Serpi, tiene excelentes perspectivas de crecimiento en la relación bilateral.

Serpi propone paquetes que garanticen un vuelo directo Roma-Caracas, para que luego se distribuya a las y los visitantes por estados como Delta Amacuro, Amazonas y Bolívar, así como Los Roques (Territorio Insular Miranda).

Correo del Orinoco

 

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