CRÓNICA | La ruta de la paz la lleva un irreductible, Nicolás Maduro 

Prensa Presidencial/Zurimar Campos

Palacio de Miraflores.- Caracas. El corneteo de la unidad 251 de Metrobus, anuncia la llegada y la adrenalina que evoca tres décadas de combate y lucha. Sus compañeros esperan al conductor que llega al patio de talleres de la Estación La Paz del Metro de Caracas. Esta vez ha traído consigo a su equipo de gobierno. Al volante llegaba Nicolás Maduro, el conductor de victorias. El presidente invicto que conduce a puerto seguro a todo su pueblo.

Una unidad repotenciada por la ingeniería nacional, marcaba las diferencias en el medio del trabajo que lo acompañó cuando apenas tenía 28 años y entraba a laborar a la Estatal.

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En el camino la reminiscencia de lo vivido. La nostalgia del ayer y el reencuentro que nutre el alma. Los suyos, los de siempre, lo esperaban bajo un soleado domingo, que no era cualquier domingo para su vida, pues este 21 de febrero de 2021, se cumplían 30 años de haberse integrado a las filas del Metro de Caracas.

A diferencia del pasado con esa unidad de transporte esta vez, faltaban las colas que lo aguardaban a diario en la parada del MetroBus en Bellas Artes, específicamente en la ruta 421. No había ticket estudiantil, ni empujones, ni la toma de la delantera desde la fila de los usuarios para escoger los mejores puestos o para no viajar parados. En su memoria, los abuelos de entonces a quienes les daba trato preferencial.

Pero de lo prenombrado, lo que si no ha cambiado en 30 años es su espíritu de servicio y de compromiso patrio. El colector, a bordo de la 251, al reencontrarse con sus tiempos de juventud y forma de trabajo, sonríe con satisfacción y ni se molesta en gritar para anunciar la ruta, como lo pudo hacer en el pasado. Esta vez, advierte con voz elevada: ¡Aquí no se rinde nadie!. Es una advertencia al enemigo que nos persigue, para referir que tenemos sangre de libertadores.

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El habitual silbido que expresa, saluda al llegar a La Paz a los que le esperan.

Con el desarrollo de su agenda de trabajo para apoyar la Gran Misión Transporte Venezuela, se juntan los sentimientos que evocaron parte de su carrera como conductor, sindicalista y compañero de luchas. Un botón lo condecora por sus 30 años en la familia Metro. Con alegría y satisfacción del deber cumplido culmina la agenda de gestión, no sin antes reafirmar: “Aquí queda Maduro, es el que dejó Hugo Chávez, Maduro es la voz de la clase obrera, y es el pueblo en el poder, es la clase obrera presidente”.

De vuelta, ya en la ruta La Paz- Palacio de Miraflores, regresa conduciendo con orgullo la unidad 251. El corneteo  es ahora respuesta a los usuarios que estando en las paradas de la avenida San Martín, lo saludaban. Evocó: “30 años es un tiempo histórico donde han pasado tantas cosas. Mis compañeros chamitos, verlos a todos me emociona mucho”.

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Como lo hace un trabajador que se identifica, arraiga y domina su medio de trabajo, el presidente Maduro describe con prestancia esta unidad repotenciada y al mismo tiempo reafirma su espíritu de pundonor: “Este autobús es original. Exactamente hace 30 años era el mismo, yo trabajaba en la ruta de Bellas Artes y aquí estoy en el mismo volante, el mismo hombre, ahora con el volante de la patria que es más complejo y difícil, pero el mismo sentimiento, la misma lealtad a los ideales de nuestro pueblo que es lo más importante, ser leal”.

A la altura de la urbanización El Silencio, siguen sus responsabilidades presidenciales y no duda en afirmar que ante las dificultades históricas del país, uno de los acontecimientos más importantes es haber conquistado la estabilidad política con la victoria de una nueva Asamblea Nacional. Sobre su rostro se nota el regocijo.

Con fijación en el volante, no pierde concentración y recalca que su preocupación es el bienestar del pueblo y sobre ello planta la meta.

“Ahora tiene que ser un gran logro la recuperación de los ingresos nacionales, de las exportaciones, de la producción petrolera, de la transformación de PDVSA, con mucha dedicación y esfuerzo lo vamos a lograr”.

Prensa Presidencial/Zurimar Campos

Por la Plaza O´leary, sopla la brisa fría de la tarde del domingo, no hay cola en las calles, se avizora ya la semana de cuarentena radical ante el COVID-19. Saluda a los transeúntes, no deja de fijar la mirada en el tablero y el retrovisor. Siempre centrado en el objetivo, avanza y lo alcanza. Incansable.

Al llegar a Puente República, va culminando la ruta del 251, que tiene como destino el Palacio de Miraflores. La llegada es como siempre, con su amorosa y comprensiva compañera de luchas y victorias, la Dra. Cilia Flores de Maduro. Seguidamente su equipo, listos para todos los combates por venir.

El conductor de victorias de la patria, es como hace 30 años, el mismo chofer que condujo seguros a miles a sus destinos diarios. Es el mismo que está al frente de la Patria con los ideales de Bolívar y Chávez, por la independencia y la paz. En Miraflores esta un irreductible, está la clase obrera presidente: Nicolás Maduro.

Prensa Presidencial/Yndira López

 

 

 

 

 

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