Clase magistral de Fruto Vivas inició el V Simposio Pensar la Ciudad

El V Simposio Pensar la ciudad: Realidades, procesos y utopías inició este martes, en la Cinemateca del Museo de Bellas Artes, con una clase magistral, denominada «Fruto Vivas: Pensamiento, arquitectura y ciudad», a cargo del arquitecto, quien además es el homenajeado del encuentro.

El simposio -que reúne a artistas, arquitectos, investigadores y colectivos vinculados a la ciudad para reflexionar sobre la realidad urbana del país-, se extenderá hasta el próximo 30 de noviembre y tendrá actividades en el Museo Nacional de Arquitectura (Musarq), ubicado en la avenida Bolívar, y en el Museo de Bellas Artes (MBA), en Los Caobos.

José Matamoros fue el encargado de presentar a Fruto Vivas, a quien se le rinde homenaje a propósito de sus 90 años y de su invaluable obra.

Para ello, Matamoros recordó sus años de formación junto al arquitecto, al rededor de 1958, los cuales calificó como definitorios en la carrera de todos los que iniciaron su proceso de formación en aquel entonces.

Relató que uno de los hechos que marcó las vidas de ese grupo de estudiantes fue la idea de cambiar los paradigmas en todos sus sentidos, y recordó cómo, durante su primer día de clases, el profesor decidió sacarlos a aprender en las calles.

Durante ese proceso, narró, Vivas se dedicó a hacer entender a estos jóvenes la imperiosa necesidad de pasar de la arquitectura de las cosas a la arquitectura del rescate del sujeto en la que su relación consigo mismo y con su entorno familiar y ambiental es lo más importante.

«La obra más grande de Fruto no es hacer edificios, sino hacer hombres libres. Esa conexión que Fruto hace entre arquitectura y libertad ha sido medular», dijo.

Los Árboles para vivir y la tecnología de la necesidad

A Fruto Vivas lo recibieron tres pequeños pertenecientes a la Unidad Educativa José Ignacio Cabrujas, quienes interpretaron para él y para todos los asistentes las notas del Himno Nacional, seguidas del tema Abran la Puerta de Alí Primera.

«Los árboles para vivir y la tecnología de la necesidad» fue el nombre de la clase magistral que presentó el arquitecto. La ponencia inició con una fotografía llamada: Así quiero a Caracas, en la cual se mostraba una imagen de la ciudad capital bañada de un verdor vegetal de punta a punta.

Con esta imagen Vivas dejó claro, de entrada, la necesidad urgente de tener una Caracas verde que genere la cantidad de oxígeno necesaria para sus habitantes y para ello, explicó, es necesario aplicar una arquitectura ecológica hecha a partir de las formas de la naturaleza, que demande una menor cantidad de materiales y peso posible y que cause cero impacto negativo en el contexto natural que le rodea. En ello se basó su ponencia entera.

«La naturaleza me inspira, es a partir de ella que parte toda mi obra», expresó, al tiempo que mostraba la imagen de una serie de burbujas unidas en una especie de pentágono y a partir de la cual comenzó a proyectar una serie de fotografías de lo que ha sido la construcción de estructuras en forma de burbujas, las cuales señaló como el camino para una arquitectura de mínimo peso y a partir de ella, a la estructura del diamante como la más rígida del universo.

Vivas demostró su tesis, mediante la proyección de diversas fotografías que muestran este tipo de construcciones al rededor del mundo y más específicamente mediante de un experimento, realizado por él mismo, en una de sus clases, en la que construyó cuatro columnas con cajas de huevo, con las cuales puso en práctica el principio de la burbuja, colocando sobre ellas una superficie plana que soportó el peso de varias personas.

Entre las obras más destacada de Vivas se encuentran Iglesia de Santa Rosa, en Valencia (1946), el Club Táchira, Caracas, (1955), el Hotel Moruco, Mérida (1955), el Museo de Arte Moderno, Caracas, en conjunto con el arquitecto Oscar Niemeyer (1955), la Iglesia del Santo Redentor, San Cristóbal (1957), la Iglesia de la urbanización de Zapara, Maracaibo (1957), el Hotel La Cumbre, Ciudad Bolívar (1958), la Plaza Mayor de San Cristóbal (1958), el Complejo Árboles para la Vida, Lecherías (1994), el Pabellón Venezolano en Hannover Expo (2000) y la Flor de los Cuatro Elementos (2013), en el Cuartel 4F, donde reposan los restos del Comandante Hugo Chávez.

Como parte del simposio, en horas de la tarde se inauguró la muestra «Fotografías Avenida Bolívar», a cargo del Colectivo Vivir la Ciudad. Se trató de una serie de gráficas que tienen como protagonista la urbe, sus habitantes y la obra de Vivas. La exposición estuvo seguida del conversatorio «Fruto y sus amigos», a cargo del director del Museo Nacional de Arquitectura (Musarq), Alejandro López.

Prensa Digital MippCI/AVN

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